lunes, 29 de octubre de 2018

Una muerte sin nombre

 -Título: Una muerte sin nombre

-Título original: From Potter's Field

-Autora: Patricia D. Cornwell

-Traductor: Hernán Sabaté

-Año publicación: 1996

-Año publicación original: 1995

-Número de páginas: 381

-Reseña:

 Sexta novela de la serie Kay Scarpetta, donde nos trae un nuevo caso que investiga junto a su sobrina y compañeros.
  La doctora Scarpetta es la forense jefa en Virginia, pero en esta ocasión, la llaman desde Nueva York para que vaya a ver un cuerpo, pues la forma en que lo encontraron se semeja a las que el asesino Temple Gault suele dejar. Tras examinar el cuerpo, a la forense no le queda ninguna duda de que el asesino es Gault. Tanto ella como Marino, su compañero de investigación, quieren averiguar la identidad del cuerpo.
  Sin embargo, esta vez no solo sospechan de que Gault ha asesinado, sino que también ha entrado en el sistema CAIN, el cual une todos los departamentos de policía y da información sobre criminales, pues el sistema había empezado a enviar extraños mensajes o preguntas a las comisarías cuando buscaban información sobre algún delincuente.
  Juntos a su sobrina, quien fue una de las creadoras de CAIN, y otros compañeros, investigan este asesinato y buscan cualquier pista que les pueda llevar hasta Gault.
  En esta ocasión, parece que su asesino está más descontrolado, pues comente varios asesinatos muy cerca de donde se encuentra la doctora, llegando a parecer que en esta ocasión no trabaja solo y que quiere llamar su atención.

   Esta novela es una continuación de la cuarta, titulada Cruel y extraño, donde Gault hace su primera aparición. Esta novela no la he leído de momento, pero espero poder hacerlo. En esta sexta entrega de la saga, los personajes mencionan en varias ocasiones un incidente ocurrido el otoño pasado, por lo que, supongo, que es en el tiempo que trascurre la novela anterior.
  Esta historia me ha encantado, pues la autora demuestra un gran conocimiento e investigación en lo referido a las autopsias así como a una investigación policíaca. El detalle de que la protagonista sea la forense en lugar de un detective normal me ha gustado, pues le da un toque diferente a las clásicas novelas detectivescas o novelas negras. Es un libro muy explícito, donde los detalles estás explicados con claridad, usando un vocabulario específico y riguroso, con lo que se puede llegar a imaginar a la perfección como hace una disección.
  También me ha gustado el detalle final en el que el asesino se muestra incrédulo, casi infantil, ante un corte, como dándose cuenta de la mínima sensación de dolor que hubieran podido sentir sus víctimas. Siempre me ha parecido curioso ese detalle, pues parece que estos asesinos no son conscientes del sufrimiento que causan, sino que al que matan, no sufre. Además es interesante ver cómo se muestra lo obsesivos que estos pueden ser, en este caso con llamar la atención de la protagonista, y lo que ocurre cuando se creen inalcanzables.
  Esta novela me ha dado ganas de leer las demás de la saga de la forense Kay Scarpetta, pues desde siempre he sentido un interés por todo lo relacionado con la criminología, y más concretamente, con el trabajo realizado por un forense.


  

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