- Autor: John Crowley
- Traductora: María Otero González
- Año de publicación: 1976
- Año de publicación original: 1976
- Número de páginas: 246
- Reseña:
La historia transcurre en un Estados Unidos del S. XX distópico, el cual se divide en Autonomías (Norte, Sur, Este y Oeste), en donde el gobierno intenta que el SIS (Sindicato por la Ingeniería Social) no los domine, a la par que ambas partes quieren acabar con los leos (seres mitad hombre mitad león creados por el SIS en uno de sus experimentos).Mientras, Paintner busca la libertad de su especie, siendo el leo dominante; junto con la ayuda de algún humano, un hombre zorro llamado Reynard, que es ayudante del gobierno y un perro llamado Sweets, modificado también por el SIS, para desarrollar sus capacidades mentales.
La narración dura alrededor de un par de años, en donde cada capítulo el protagonista es un personaje diferente, donde se da a conocer y va explicando su relación con la revolución para la liberación del pueblo y los leos.
Es una historia de ciencia ficción, con los primeros capítulos bastante largos y en donde predomina la narrativa descriptiva, los diálogos suelen ser breves y escasos. Esto hace que la lectura resulte pesada en algunas partes y la ralentice. En parte de los capítulos no hay mucha acción, por lo que no llama mucho a continuar con ansia la lectura de más páginas.
El final es abierto, en el cual continúa la lucha del grupo del leo contra el Nuevo Estado, sin embargo no existe una segunda parte, por lo que el cómo continuaría o acabaría su aventura depende de la opinión de cada lector.
La historia es sumamente imaginativa, pues tanto el hombre zorro como los leos tienen unas características muy definidas en las que se humaniza a la perfección sus naturaleza animal, en donde el zorro es un tramposo y mentiroso y el león es poco hablador y no actúa si no es necesario. También el físico que les da es parecido a su parte animal, siendo el leo grande y fuerte y el zorro más pequeño. También el mundo distópico en el que se desarrollan los hechos ayudan a la ficción, en donde la ambición humana crea a las criaturas pero, después, su miedo a la superioridad de éstes los lleve a querer acabar con ellos, como con cualquier otra especie que les resulte molesta.
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